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Columna de Opinión 07 abril 2022

Innovación, entre la serendipia, la decepción y el éxito

La innovación es un concepto con tal nivel de dinamismo como los propios resultados que ella genera. Hablar de innovación es aludir actitudes y aptitudes propicias, es explorar –actitud- y es explotar –aptitud-conocimiento, oportunidades, datos e información en evolución constante.

Esta evolución de la innovación es permanente, desde el acierto fortuito, el fracaso estrepitoso y el éxito diferenciador. Esta historia de la innovación tuvo un capitulo destacado cuando se amplió su representación desde modelos lineales, típicamente basados en el I+D+i, a modelos no lineales en los cuales la innovación surge de fuentes diversas, no sólo de la investigación científica, sino de un conjunto de factores desencadenantes que complejizan este origen, empieza a fluir ya no a través de cadenas circulares, oblicuas o que dibujan órbitas cuadradas o elípticas, sino que se empieza a dar paso a sistemas holísticos, sustentados en redes de colaboración, multiflujos entrelazados, bidireccionales, con marañas sinápticos que reducen las distancias o las interfases inter e intraeslabones, con roles de los actores involucrados también menos nítidos y donde lo que se destaca es un contexto de velocidad de los procesos, acumulación de datos, disrupción, flexibilidad, digitalización, hibridación y la customización de las soluciones.

La innovación ya no sólo es vista como una reacción a una demanda de mercado, sino como una respuesta a los desafíos sociales, ambientales y fisiográficos que enfrenta el planeta.

Para dar respuesta al futuro que nos interpela, necesitamos “domesticar” la innovación, hacerla parte de nuestra caja de herramientas permanentes, desarrollar la competencia innovadora a partir de edades juveniles para aquellos que la hemos ido perdiendo, o fortalecer y promover la competencia en edades tempranas para que las nuevas generaciones la conserven y potencien durante su crecimiento.

Fundamental rol recae en los sistemas de educación cuya principal ocupación debiera ser el cómo se reconvierten desde una propuesta verticalista, basada en trasmisión unidireccional, sostenida en conocimiento estático a otro modelo que considera la horizontalidad y sobre todo la multi dimensión del conocimiento, la bi y la multi direccionalidad de la comunicación y, fundamentalmente, que esté basado en el desarrollo de competencias que permitan aprovechar esta información y conocimiento de manera óptima (sostenible, equitativa, inclusiva), para generar nuevas soluciones que aporten valor a la sociedad, al medio ambiente, en definitiva, a la calidad de vida de la biota en el planeta.

Papel central le cabe a la educación superior (academia), cuando se trata de proponer e implementar metodologías para la transferencia de información y conocimiento, y para articular trasformaciones de la realidad basadas en nuevas tecnologías, conocimiento, creatividad y emprendimiento. La UCT, a través de su Dirección de Innovación y Transferencia Tecnológica, a contribuye a este propósito en tanto es un agente dinamizador de estos procesos de cambio, favoreciendo la colaboración entre distintos actores para salvar la brecha de las habilidades, fortalecer la relación con empresas y gremios sobre la base de valores profundos y objetivos compartidos relacionados con las grandes causas de la humanidad, el desarrollo sostenible, la superación de la pobreza, la adaptación y mitigación a los cambios globales (pérdida de biodiversidad, contaminación de los recursos, cambio climático, entre otros), y profundizando la vinculación “Ciencia-Territorios, Ciencia- Empresa, Ciencia-Sociedad Civil y Ciencia-Estado para la Innovación”, de forme de orientar la oferta de conocimiento y la acción de la academia a partir de las necesidades de las contrapartes, consolidando los canales de comunicación efectiva, el intercambio de información y la empatía institucional con la realidad de su entorno.

Bienvenido el tiempo de la serendipia, la vinculación con el medio, el desarrollo de nuevas competencias para enfrentar con ventaja la tormenta de los datos y la información, ¡¡Bienvenida la Universidad del nuevo siglo!!