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Actualidad 07 julio 2023

José Curihuinca: desde Santiago al reencuentro de las raíces y la fe

La mayor parte del tiempo la movilidad se produce de las regiones sureñas a Santiago. No fue el caso de José, quien hizo la ruta opuesta, para salir de la comodidad y vivir los orígenes familiares.

José Curihuinca es un joven de Liray, sector que pertenece a la comuna de Colina, en la región Metropolitana, pero que está alejado del centro urbano. Sin embargo, sus orígenes están en Padre Las Casas, más precisamente en la Comunidad Juan Namoncura.

Tras egresar de cuarto medio en 2018, rindió la PSU y escogió como primera opción estudiar la carrera de Psicología en la Universidad Católica de Temuco. José es católico, y como tal, privilegió una casa de estudios que representara sus valores cristianos, y que a la vez le permitiera reencontrarse con sus raíces mapuche.

El paso del colegio a la universidad nunca es sencillo para un novato, pero tener vínculos sólidos sin duda facilitó la transición para José Curihuinca. Sus padres son nacidos y criados en Cautín y aunque residen en Santiago, su hermana recién se había trasladado, con su familia, a Temuco.

Existe un contraste cultural entre la velocidad de la capital y el ritmo del sur. Otro ambiente, nuevas amistades, distintos círculos. Las costumbres de Santiago y las de Temuco pueden generar una resistencia inicial, en ambas direcciones, pero las ganas de salir adelante permiten enfrentar de mejor manera cualquier desafío. José salió de su casa, de su zona de confort, a vivir con una nueva familia. El aprendizaje no fue sólo académico, sino de experiencia de vida.

José se enorgullece de ser una persona que pertenece al pueblo mapuche. “Para mí, estar en La Araucanía significó empaparme un poco más de lo que hace mi familia, conocer sobre las prácticas en las que participan, con un poco más de visión crítica, fue volver al origen y eso para mí es muy importante, también para tomar mis propias decisiones, por sobre la influencia que pueda tener la familia en las decisiones que uno va teniendo como adolescente”, sostuvo.

¿Y para tu familia en Santiago, es relevante sentirse parte de la cosmovisión del pueblo mapuche?

– Quizás no tanto en la Región Metropolitana, pero acá en La Araucanía, están en la comunidad, participan de las ceremonias, se tratan de mantener las prácticas. Pertenecemos a una comunidad de Padre Las Casas que se llama Juan Namoncura.

José Curihuanca se considera una persona introvertida y reservada. Sin embargo, eso no le impidió generar amistades profundas. Compañeros de generación, pero también alumnos mayores, que en contextos de tutoría crearon un vínculo profundo que persiste hasta hoy.

¿Te arrepientes de haber venido a Temuco, hubieras hecho algo distinto?

– No me arrepiento de haber escogido la carrera, ni la UCT. Al contrario. Tal vez estar en Santiago no habría sido lo mismo. Salir de mi zona de confort me permitió desarrollar más habilidades personales de comunicación con otras personas.

Los cambios en la vida de José fueron fundamentales pero también mundanos. Caminar treinta minutos para tomar una micro, bajo la lluvia, fue una experiencia distinta. Ahí es donde el apoyo familiar se vuelve primordial. Su preocupación debía ser aprender, y tener el espacio idóneo para cumplir con su rol de estudiante.

Ese esfuerzo José se lo retribuyó a la familia con un simbolismo. Las cuatro entradas que recibió para su ceremonia de titulación de la Facultad de Ciencias de Salud, las repartió entre sus padres, su hermana y su cuñado.

En dicho contexto, Berta Escobar, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCT, reafirmó lo significativo de la titulación. “La verdad es que siempre las titulaciones son ritos, son momentos muy importantes porque de alguna manera, y especialmente para esta generación de estudiantes, es un logro inmenso. La generación de José tuvo dos años en pandemia, es una generación que ha mostrado en distintos niveles muchos logros, no solo en lo académico, sino también por el compromiso social”, dijo la autoridad académica.

Este sentido de retribución y su compromiso social fueron manifiestos durante su paso como estudiante. En la UCT, fue representante de la gestión de actividades en el hogar para estudiantes indígenas “Centro Cultural”. A su vez, participó en el “Mapa del derecho a la ciudad”, encabezado por la organización Techo. Se capacitó como monitor en contra de la violencia de la mujer, y obtuvo el certificado académico denominado “Equidad de género para las nuevas sociedades”.

Más adelante, fue voluntario en el área de Dirección de Género de la UCT. Realizó el curso de “Formación de ayudantes nivel básico” y fue ayudante de la asignatura Psicoterapia infanto–juvenil, instancia en la que respondía dudas y ayudaba a sus pares en su proceso de aprendizaje.

Hacia una nueva vida

José volvió a Santiago para trabajar como psicólogo en un colegio. Sin embargo, sigue vinculado con la UCT de forma no casual. Cuando él fue practicante, hace dos años, en su trabajo necesitaban otro profesional y él publicó la oferta en las redes sociales de la UC Temuco. Una psicóloga tomó el trabajo y ahora es la encargada de convivencia del equipo donde trabaja José. La cercanía de alguien que estudió tu misma carrera en tu misma universidad le permite sentirse acogido y en confianza.

Misma confianza que José Curihuanca tiene para planificar su futuro profesional pensando en seguir estudiando. Le interesa el área de la neuropsicología y los procesos cognitivos.

¿Qué te dejó como conclusión tu paso por La Araucanía y la UCT?

– La sensación que me dejó es de un gran desarrollo y aprendizaje. Siento que aprendí muchas cosas desde lo personal y valórico, como profesional y también como persona, volví a Santiago más conectado con mis raíces.