Desde una mirada interdisciplinaria, la Casa de Estudios abrió el debate sobre los alcances de la Inteligencia Artificial, sus dilemas éticos y el papel que juega la ciudadanía crítica en su desarrollo y regulación.
Académicos, profesionales y estudiantes participaron del seminario “Inteligencia Artificial: riesgos y oportunidades”, organizado por el Departamento de Sociología, Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad Católica de Temuco. La actividad reunió miradas desde la academia y el mundo privado para reflexionar sobre el impacto de esta tecnología en la democracia y la sociedad latinoamericana.
Una mirada multidimensional desde las ciencias sociales
El director del Departamento de Sociología, Ciencia Política y Administración Pública de la UCT, Blaise Pantel, explicó que la motivación para realizar el seminario surgió “a partir de las conversaciones del término del primer semestre, cuando vimos la necesidad de ampliar la mirada sobre la Inteligencia Artificial, más allá de su uso instrumental o académico”.
El académico señaló que en la comunidad universitaria se ha detectado “una visión muy limitada de la Inteligencia Artificial, centrada solo en la generación de informes o en la asistencia para realizar trabajos, sin considerar su impacto en la gobernanza, la gestión pública o la participación ciudadana”.
Por ello, el encuentro buscó abrir el debate sobre los efectos sociales, políticos y culturales de la IA, integrando miradas tanto del ámbito académico como del sector privado. “Existen impactos que aún no identificamos del todo, y creemos que este tipo de instancias ayudan a desarrollar una comprensión más estructural y crítica desde las ciencias sociales”, afirmó Pantel.
Desafíos éticos y tecnológicos: una conversación necesaria
En el panel académico, la Dra. Teresa Correa, investigadora de la Universidad Diego Portales y del Núcleo FAIR, destacó que el rápido avance de la Inteligencia Artificial plantea desafíos profundos. “Necesitamos usuarios más empoderados y críticos, que comprendan tanto las oportunidades como los riesgos de estas tecnologías. Para eso se requieren mayores niveles de transparencia y mejores gobernanzas en empresas, gobiernos e instituciones”, enfatizó.
Correa subrayó la importancia de generar evidencia y debate desde los contextos latinoamericanos. “Hoy gran parte de la investigación proviene del norte global, pero la IA también se está implementando en nuestros países. Las universidades deben producir conocimiento situado que alimente la discusión pública en Chile y la región”, sostuvo.
Por su parte, Osvaldo Valenzuela, principal consultor de Thoughtworks Chile, aportó la mirada del mundo privado, reconociendo los dilemas que enfrentan las empresas ante la aceleración tecnológica. “La innovación avanza más rápido que nunca, y eso dificulta anticipar sus impactos sociales. Muchas compañías buscan automatizar procesos y reducir personal, lo que genera tensiones éticas importantes”, señaló.
El consultor agregó que la inversión en IA es cada vez más costosa y concentrada, lo que abre un debate sobre cómo equilibrar el desarrollo económico con la responsabilidad social y el respeto a los derechos humanos.
Voces estudiantiles: una generación crítica frente al futuro digital
Desde el público, la estudiante de Ciencia Política Belén Quintero, valoró la instancia como una oportunidad para reflexionar sobre el vínculo entre tecnología y democracia. “Tengo altas expectativas, porque la IA se ha tomado gran parte del debate público y me interesa entender cómo se relaciona con la democracia, especialmente en tiempos en que surgen discursos autoritarios”, comentó.
Quintero reconoció que utiliza herramientas de IA en su vida diaria, principalmente para apoyar el aprendizaje, pero expresó preocupación por el auge del contenido automatizado en redes sociales. “Hay mucho contenido en redes que es generado por IA, y eso puede afectar la democracia, sobre todo por la difusión de fake news que confunden a las personas y limitan su participación ciudadana”, advirtió.
La discusión evidenció que los desafíos de la Inteligencia Artificial deben pensarse desde los contextos locales y latinoamericanos, generando conocimiento situado que dialogue con las transformaciones globales.