Hongos en verano: un riesgo que puede evitarse

Sobre el autor

Fredy Palomera Riquelme

Periodista UCT

Tecnólogo médico recomienda no compartir toallas, trajes de baño o usar duchas en espacios públicos sin protegerse los pies.

La temporada estival, para muchos, es sinónimo de descanso y relajo. Sin embargo, la última acción, puede transformarse en una pesadilla si se descuidan conductas preventivas tan simples como compartir toallas, trajes de baño o no usar sandalias en duchas públicas, para evitar algún tipo de contagio por hongos.

El doctor en Microbiología, Tecnólogo Médico Víctor Silva Vargas, explicó que en verano hay un aumento de enfermedades infecciosas causadas por hongos “dermatofitos” y que “afectan piel, pelo y uñas en las personas inmunocompetentes (sanas) y en forma más graves, en los inmunodeprimidos (con sistema inmunológico bajo). Afecta a niños, adultos, adultos mayores, hombres, mujeres; vale decir, todos estamos expuestos a tener infecciones por estos hongos”.

Los escenarios o conductas de riesgo están en el compartir elementos personales como toallas, cepillo de pelo, traje de baño o cuando la persona se ducha, en particular en espacios de uso público, donde la base de ese lugar no fue prolijamente sanitizada.

En este último escenario, explicó el profesional, que además es el jefe de la carrera de Tecnología Médica de la Universidad Católica de Temuco (UCT), el problema radica en que “al ducharnos, caen nuestros trocitos de piel que se llaman queratinocitos, que pueden tener el hongo, que queda en la superficie de la bañera; entonces si se baña sin una protección, como las sandalias, el hongo puede tener contacto con la piel y contraer una infección en los pies”.

Otro problema, es que los hongos viven perfectamente en escenarios húmedos y oscuros, pudiendo sobrevivir meses en esos espacios, aún cuando se ponga cloro; por lo que es necesario hacer limpieza con “barrido” intenso, reiterado y profundo.

En la eventualidad de compartir prendas de tela, como trajes de baño, toallas o shorts, también existen riesgos, ya que “uno se puede autoinocular el hongo. Por ejemplo, al no secarse bien, en particular los pies, al ponerse una prenda interior, se rosa la piel y entonces se traslada la infección. Luego, al rascarse, porque eso pica mucho y si se lleva eso a otras partes del cuerpo, entonces se autoinocula la enfermedad”. De ahí la recomendación es, también, a mantener la conducta de lavado frecuente manos.

SUGERENCIAS

Entre las recomendaciones que hace el especialista, menciona estar atentos a señales como picazones y, principalmente, la aparición de irregularidades cutáneas.

Detalló que “las lesiones en la piel se llaman placas eritematosas (enrojecimiento) y descamativas, con bordes o levantados; o sea, son como una especie de medalla o moneda que va creciendo de forma concéntrica a medida que pasan los días; pica mucho, aunque no duele”.

Ante la aparición de indicadores de posible contagio, la primera recomendación es no automedicarse y consultar con un médico general más cercano a lugar en que se encuentre la persona e, idealmente, un dermatólogo.

Es importante que la persona que consulte describa los posibles escenarios en los cuales pudo haber contraído el hongo, de manera que el profesional pueda definir el “ambiente epidemiológico” y, a partir de ello y con apoyo de laboratorio, identifique el tipo de hongo y entonces pueda elaborar el tratamiento más adecuado para la enfermedad.

Otras recomendaciones de carácter preventivo, son secarse prolijamente todo el cuerpo y en especial zonas con pliegues de piel y espacios interdigitales, realizar un lavado frecuente de manos, limpiar profundamente la superficie de duchas, no compartir toallas con terceros de quienes se desconozca que pudieran tener una lesión; ni tampoco elementos de uso personal como cepillos de pelo, trajes de baño, poleras, shorts.

Finalmente, el tecnólogo médico dijo que los tratamientos “pueden ser tópicos, con cremas o lociones y cuando la lesión es muy grave o muy extensa, se trata con pastillas”.