La alternativa está enfocada en la formación de profesionales que puedan abordar y solucionar problemáticas en diferentes territorios y ámbitos.
Tierra y agua. Agua y tierra. Elementos en perfecta simetría que forman el escenario imprescindible para la vida. Un escenario que desde pequeño no sólo conoce, sino que admira y en el que hoy trabaja el jefe de la nueva carrera de Ingeniería en Recursos Hídricos de la Universidad Católica de Temuco (UCT).
Se trata de David Fonseca Luengo, Ingeniero Civil Agrícola y doctor en Ingeniería Agrícola con Mención en Recursos Hídricos en la Agricultura. A sus 39 años de edad, recuerda que nació, se crió y vivió cercano a la tierra y maquinaria agrícola debido a la forma de vida de sus abuelos y el trabajo de su padre.
En ese contexto, hoy entiende que tierra y agua son más que uno sólo. Asegura que representan un espacio donde quiere que su hijos, Vicente, Ignacio, Oliver y Helga se desarrollen en armonía con el cuidado del medio ambiente, en particular con el agua, porque “el agua hace crecer una sociedad”, precisa.
Explica que “la relación del recurso hídrico con la agricultura y con el medio ambiente es innegable”, por lo que “veo el agua como un elemento que sostiene ecosistemas naturales; pero también veo que es un elemento vital para nuestro desarrollo, crecimiento como personas, como sociedad y humanidad”.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
En esa filosofía de vida, incorpora la idea de hacer academia desde sus acciones en el diario vivir en la esfera familiar, pública y en la Universidad; apostando, entre otras cosas, por la imperiosa necesidad de gestionar, administrar y ahorrar agua.
Es que “muchas veces la gente no tiene ni siquiera claro cuánta agua ocupa en su día a día”, enfatiza el doctor.
A ello, se suma un segundo riesgo, a propósito de las nuevas tecnologías y el acceso a la información a través de internet. La dificultad, en particular para los más pequeños o la juventud, es que “conocen realidades distintas desde los diferentes medios, pero creen que lo que ven está lejos de su vida cercana. Entonces es un arma de doble filo. Hay información, pero se necesitan personas responsables que actúen como una suerte filtro de esa información para que se transforme en una herramienta útil para la sociedad”.
En ese contexto, entonces, llega a aportar, también, el futuro ingeniero en recursos hídricos; toda vez que el profesional será un agente de cambio, que generará conocimiento y será un real aporte a la sociedad.
En su proceso formativo, está pensado como un experto “que sea útil en el mundo laboral en diferentes ámbitos, que sea valorado y que pueda enfrentar todos los desafíos que se nos vienen de ahora en adelante. Tiene que ser una persona que tenga habilidades duras de la ingeniería, obviamente no tan profundas como la ingeniería tradicional; pero sí que tenga elementos básicos para procesar y analizar datos”.
Así las cosas, se perfila una persona con amplio sentido de trabajo en terreno y de gabinete, que no sólo levante datos, sino que también los genere; y que en lo más pragmático, sepa instalar sensores, ir a un río, a un canal o a un lago, tomar muestras, procesar esa información usando todas las nuevas herramientas que le aportan las más modernas tecnologías mecánicas y virtuales
HABILIDADES BLANDAS
Y como no todo es dato duro, el doctor Fonseca relevó y calificó de urgente la necesidad de fortalecer habilidades de comunicación e interacción con las otras personas de manera efectiva y eficiente, abordando las diferentes territorialidades y culturas de nuestra región.
Entonces, “este profesional va a tener habilidades en el cómo relacionarse con la sociedad, cómo hablar con la gente; por eso en nuestra malla pusimos un aspecto muy importante que es de gestión y gobernanza. Eso comienza en cómo conocer a nuestra sociedad, nuestro territorio, cómo conocer la gente que vive en nuestro entorno, comunicarse con ellos, pero también en aspectos técnicos que aporten a los tomadores de decisiones”.
Para conseguirlo, la elaboración de la malla curricular se hizo interactuando profesionales de distintas disciplinas, de manera que se llegó a una propuesta académica de significación científica, técnica y con fuertes valores basados en la geografía física y humana, teniendo como base el crecimiento sostenido y sustentable de la sociedad.
“La carrera es linda y va a encantar porque el tema hídrico es crucial y básico para nosotros como sociedad. Vamos a formar profesionales en torno a este elemento vital y el cómo se relaciona con la sociedad, con los ecosistemas. Es imposible pensar en una sociedad, dejando fuera el elemento agua”, relevó el académico.
NUEVA CARRERA
En cuanto a la nueva carrera, propiamente tal, el profesional detalló que “Ingeniería en Recursos Hídricos está enfocada en la formación de profesionales ingenieros/as que puedan abordar y solucionar problemáticas relacionadas con el agua en diferentes territorios y ámbitos, ya sea enfocados/as en problemas sociales, asociados a los ecosistemas, de diseño hidráulico o sistemas productivos; pudiendo trabajar tanto en consultoras y empresas privadas como en estamentos públicos, con la capacidad de levantar y analizar datos, y generar información útil para privados, tomadores de decisiones y la comunidad”.