La experiencia interdisciplinaria reunió durante una semana a más de 400 estudiantes, académicos y creadores en torno al arte, el diseño y la arquitectura, consolidando a la Facultad de Arquitectura, Artes y Diseño como un referente regional en prácticas colaborativas y sustentables.
Tras cinco días de intensa actividad creativa, el Workshop FAAD 2025 llegó a su cierre en la Universidad Católica de Temuco, dejando tras de sí una experiencia formativa marcada por la colaboración, la experimentación y la reflexión sobre el rol de las disciplinas creativas en los territorios del sur.
Durante la jornada de clausura, la decana de la Facultad de Arquitectura, Artes y Diseño (FAAD), Marés Sandor, destacó la magnitud y el espíritu del encuentro, que reunió a arquitectos, artistas, diseñadores y oficios creativos de distintas latitudes.
“El Workshop de la Facultad es un espacio abierto, una verdadera fiesta para nosotros, donde nos encontramos con pares de Latinoamérica y del mundo. Aquí confluyen distintas escalas y modos de hacer: desde la forja y el vidrio hasta proyectos conceptuales vinculados a la sustentabilidad. Lo más importante es que toda la facultad se encuentra: alumnos de primer y último año, docentes y creadores, todos reunidos en torno a la creación”, señaló la decana, agregando que el encuentro “ya es un referente; nos piden venir, y eso habla del enorme valor que ha tomado este espacio para la región y para el mundo”.
El Workshop FAAD 2025 se desarrolló bajo el eje “Ecosistemas naturales y culturales”, con 46 talleres simultáneos que transformaron la Facultad en un gran laboratorio creativo. Desde instalaciones efímeras y experimentación material hasta propuestas de diseño sostenible, las y los participantes exploraron nuevas formas de crear, habitar y pensar el territorio.
Aprendizajes desde la práctica
Entre los diversos talleres realizados, uno de los más comentados fue el de Luthería Contemporánea, donde estudiantes construyeron guitarras experimentales inspiradas en la tradición española y las técnicas modernas de fabricación artesanal.
La estudiante Krishna Nova Martínez, de tercer año de Licenciatura en Artes Visuales, fue parte del equipo y relató su experiencia. “Trabajamos con cuatro profesores invitados y cerca de 18 estudiantes. Aprendimos desde la historia de la guitarra hasta la experimentación con nuevas formas y materiales. Utilizamos maderas como pino, abeto y guayubirá, que viene del noroeste argentino, y pasamos por estaciones de cepillado, curvado, prensado y lustre. Fue un proceso muy bello y exigente, pero sobre todo un trabajo en equipo que dio frutos: logramos una guitarra que no solo luce bien, sino que también suena increíble”, comentó entusiasmada.
El cierre del Workshop contó con la participación de las y los artistas que formaron parte de los talleres simultáneos. Uno de ellos fue “Proyectar desde la práctica”, impartido por la curadora y gestora cultural argentina Gachi Prieto, quien compartió su experiencia sobre la relación entre arte, territorio y gestión cultural. “Es la primera vez que vengo al sur de Chile y me voy deslumbrada. Este lugar tiene una energía increíble, con paisajes bellísimos y un entorno humano muy cálido. En los talleres vi realizaciones de muy alto nivel, tanto creativo como formal. Es sorprendente cómo, en tan pocos días, estudiantes de distintas carreras logran organizarse con un liderazgo tan potente de sus docentes para llegar a obras que realmente son arte”, destacó la expositora.
Reflexión y comunidad
El Workshop FAAD 2025 cerró así una semana de diálogo interdisciplinario, donde el aprendizaje colectivo se combinó con la experimentación y el compromiso con el entorno. De esta forma, la Facultad se posiciona como referente en la innovación de prácticas creativas que dialoguen con la realidad del sur de Chile, en un marco de respeto por los ecosistemas y las culturas que lo habitan.
Con la energía de los talleres aún presente y las obras expuestas a la comunidad universitaria, la FAAD se despide de esta edición mirando hacia el futuro, con la convicción de que la creación, cuando es compartida, se convierte en una fuerza transformadora para la educación, el arte y el territorio.