La jornada permitió reflexionar sobre el papel de las universidades regionales en la construcción de políticas y alianzas para el desarrollo sostenible, subrayando la importancia de la cooperación como herramienta estratégica.
En el marco de la UCT Global Week, la Dirección de Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Temuco organizó el seminario “Políticas públicas en la educación superior y cooperación internacional para el desarrollo sostenible”, un encuentro que reunió a representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Ministerio de Educación (MINEDUC) y la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID), quienes analizaron los desafíos y oportunidades que plantea la internacionalización del conocimiento desde una perspectiva tanto local como global.
La educación superior frente a un mundo interconectado
El Prorrector de la UCT, Carlos Lüders Post, dio la bienvenida a los participantes destacando la relevancia del diálogo entre universidades, organismos internacionales y agencias públicas para avanzar hacia una educación comprometida con el desarrollo sostenible. “Sabemos que nuestros estudiantes no se forman en un vacío, sino en un mundo profundamente interconectado, donde las políticas públicas, la cooperación internacional y las agendas de sostenibilidad marcan la pauta de los procesos formativos y de las oportunidades futuras”, señaló.
Lüders enfatizó que la internacionalización debe entenderse como un proceso integral, capaz de articular las demandas del territorio con las tendencias globales. “Queremos que nuestras y nuestros estudiantes se sientan parte de un proyecto educativo que los prepare no solo para insertarse en el mundo laboral, sino también para ser agentes de cambio en sus comunidades y protagonistas de un desarrollo más justo, inclusivo y sostenible”.
Políticas, cooperación y movilidad: voces del diálogo internacional
El Especialista del Programa de Educación de la UNESCO, Francisco Miguens, subrayó que la internacionalización debe ser “una estrategia situada”, que considere las particularidades culturales, lingüísticas y geográficas de cada institución. “No estamos imaginando un mundo en que todas las universidades son iguales, sino procesos conscientes de su territorio. Internacionalizar no es copiar modelos, sino compartir saberes y aprender de otros en clave de desarrollo local”, expresó.
Miguens presentó además herramientas impulsadas por la UNESCO, como el Observatorio de Políticas de Educación Superior, y destacó los avances en convenios globales para el reconocimiento de títulos y microcredenciales, fundamentales para eliminar barreras a la movilidad académica y fomentar la cooperación entre países.
Desde el Ministerio de Educación, la Jefa de la División de Educación Universitaria María Elisa Zenteno abordó los desafíos actuales de las políticas públicas en educación superior, especialmente tras la pandemia. “Pasamos de una internacionalización centrada en la movilidad física a una más líquida y virtual, con foco en el currículum y las competencias globales”, señaló.
Zenteno destacó además el trabajo del ministerio en materias como la formación digital, la equidad de género en ciencia y tecnología y la creación de un marco nacional de cualificaciones que permita una mejor articulación entre los sistemas técnico y universitario. “El futuro de la educación superior es colaborativo. Si las instituciones no se asocian, será muy difícil que puedan enfrentar solas los desafíos comunes que plantea esta sociedad globalizada”.
Por su parte, Rodrigo Allendes, Coordinador de becas, Unidad de Formación de la AGCID, explicó el rol de la cooperación internacional como instrumento de la política exterior chilena, centrada en la formación de capital humano y la cooperación Sur-Sur. “Nuestra misión es contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible mediante el fortalecimiento de alianzas regionales y la promoción de becas, movilidad académica y programas conjuntos”, sostuvo.
Allendes detalló que el 63% del presupuesto de la AGCID se destina a la formación de capital humano, destacando programas como las becas de la Alianza del Pacífico, que permiten a estudiantes, académicos e investigadores realizar pasantías en México, Colombia o Perú. “La cooperación internacional no solo amplía horizontes, también reduce brechas y promueve el aprendizaje entre iguales”, concluyó.
Más allá de los discursos, el encuentro dejó una convicción compartida: que la internacionalización no es solo una oportunidad académica, sino una vía para construir un futuro más colaborativo, equitativo y consciente del lugar que ocupa Chile en el mundo.